La Fundación Luis Muñoz Marín (FLMM) celebra el 41 aniversario de su creación. Dicha institución fue establecida el 25 de junio de 1980 por una necesidad de conservación del predio físico de casi 4 cuerdas de terrenos en San Juan donde está enclavada su residencia, jardines, despacho y biblioteca, así también del caudal histórico documental que había mantenido Luis Muñoz Marín en su oficina de ex gobernador sobre la historia de Puerto Rico de casi un siglo.
A 41 años de su establecimiento podemos decir que el 100% de estos objetivos se han cumplido y se siguen cumpliendo a través del ofrecimiento de servicios y el desarrollo de nuevos proyectos que atienden la conservación y divulgación de la historia de Puerto Rico. El desarrollo de un proyecto editorial, el establecimiento del Parque Doña Inés, la creación de espacios alternos de depósitos de colecciones, la construcción de un nuevo Centro de Visitantes Teodoro Vidal Santoni y el desarrollo de un proyecto de digitalización de materiales históricos son algunos de los proyectos que esta institución ha promovido durante los pasados años.
Esta celebración se estará llevando a cabo de manera virtual en la página de la FLMM donde integraremos un recuento del desarrollo de la institución y sus proyectos. Además, se estarán presentando, de manera digital, libros y folletos relacionados a la vida de Luis Muñoz Marín y la historia de Puerto Rico del siglo 20, publicados por esta institución a través de los años, accesibles gratuitamente.
Julio E. Quirós Alcalá
Director del
Archivo Histórico de la
Fundación Luis Muñoz Marín
El Archivo Histórico de la Fundación Luis Muñoz Marín constituye uno de los repositorios históricos de mayor importancia para el estudio de la historia del siglo XX puertorriqueño. Conserva más de un millón de piezas documentales, tridimensionales, audiovisuales y memorabilia sobre la vida pública y privada del primer gobernador electo por el voto directo de los puertorriqueños, así como el trabajo colectivo de la generación que, dirigida por Muñoz, construyó el Puerto Rico moderno. Más que ser documentos de carácter histórico, estos materiales son elementos de aprendizaje y herramientas de acción individual y comunitaria para el beneficio de generaciones presentes y futuras.
Este singular centro de investigación tiene sus comienzos en la década de 1960. Para el año de 1964 Luis Muñoz Marín había tomado la decisión, luego de dieciséis años en la gobernación del país, de no volver a postularse para un quinto término como gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Quiso retirarse un poco de la fatigosa escena del poder para realizar un proyecto que le resultaba muy motivador para él: la redacción de un libro con las experiencias y recuerdos de su larga vida pública.
El señor Heriberto Alonso, último Ayudante Ejecutivo del gobernador Muñoz Marín en La Fortaleza, fue la primera persona que propuso la idea de crear una biblioteca en la cual Muñoz podría recopilar y mantener su vasta colección de libros, además del caudal documental que mantenía en sus archivos privados. Esa idea fue bien recibida por miembros del Consejo de Secretarios, jefes de agencias y asesores del Gobernador en La Fortaleza durante los cuatro mandatos en que Muñoz Marín ejerció como primer ejecutivo del país. Ellos acordaron obsequiarle un local “como regalo y reconocimiento, para establecer su oficina como ex-gobernador y el archivo de sus papeles”.1
Se comenzaron los diseños para la construcción de dos estructuras pequeñas cerca de su residencia principal en la carretera de Río Piedras a Trujillo Alto. La primera sería destinada al ayudante ejecutivo de Muñoz y sus secretarias, e incluía una pequeña bóveda para albergar documentación histórica. La segunda, su despacho privado y, junto a éste, su biblioteca personal.
Durante los años 1965-1970 se trabajó en la organización de los fondos documentales que poseía Muñoz en sus archivos. María Luisa Aldea, Secretaria de Muñoz durante muchos años, estuvo involucrada en el proceso de organización e inventario preliminar de estos materiales y, primordialmente, con los materiales documentales relacionados al periodo de 1949 a 1964 durante la gobernación de Muñoz Marín. Otros materiales fueron traídos de lugares como La Fortaleza, el Capitolio y el Partido Popular Democrático. Estos últimos son “en su gran mayoría de los comienzos del Partido y de la obra que el Partido inició bajo su presidencia [LMM] en el Senado de Puerto Rico en aquellos años del ’40 en adelante”.2 Estos materiales fueron depositados en varios lugares para su resguardo: en una estructura de concreto en la parte posterior de la oficina de secretarias y también en el archivo que servía de caseta y dormitorio para los guardias de la escolta de Muñoz Marín.
Se comenzó a planificar la forma de conseguir materiales documentales de personas allegadas a Muñoz Marín y cómo organizarlos para la redacción de su libro autobiográfico Memorias. Además, se hicieron grabaciones en cinta magnetofónica de charlas con amigos y colaboradores sobre sus vivencias en el Gobierno y la historia que ayudaron a formar y de la cual fueron partícipes.
Para 1965 se estaba considerando el P. del S. 25 que le otorgaría a los ex-gobernadores una anualidad vitalicia con fondos para personal secretarial, oficina y transportación. La declaración de principios expone lo siguiente:
El 2 de enero de 1965 se efectuó por primera vez, desde la implantación en 1952 de la Constitución del Estado Libre Asociado, el traspaso de las responsabilidades y prerrogativas de la primera magistratura, de un gobernador electo por el pueblo a otro gobernador, también electo por el pueblo. Resulta por ello aconsejable que se fijen las normas más adecuadas al establecimiento de una tradición elevada en lo que se refiere a las actividades ulteriores de los gobernadores salientes y las medidas que debe adoptar el Estado con miras a posibilitar el desarrollo de esas actividades, dentro de los exigentes cánones de dignidad y decoro que deben regir la conducta y la posición dentro de la sociedad de los que han logrado tan alta investidura en nuestro país.3
Una vez convertida en ley esta medida, ayudó a desarrollar la biblioteca no sólo con el personal necesario para su funcionamiento, sino también con el equipo imprescindible para albergar la vasta biblioteca y los materiales documentales.
Muñoz había tenido contacto con dos importantes archivos presidenciales. En 1942, Muñoz participa en la convención del Partido Demócrata en Hyde Park, Nueva York, donde se encontraba la residencia del Presidente Franklin Delano Roosevelt, quien había donado la propiedad para convertirla en lugar histórico y de estudio, construyendo la primera biblioteca presidencial en 1940. El segundo encuentro con un archivo presidencial tuvo lugar en 1965, cuando invitan a Muñoz a colaborar con los esfuerzos de desarrollar una biblioteca presidencial dedicada a John F. Kennedy. Un nutrido grupo de personas en los Estados Unidos–en las que se encontraban amigos cercanos, ayudantes y familiares del fenecido presidente Kennedy–se dieron a la tarea de crear una biblioteca presidencial en donde investigadores y el público en general pudieran tener acceso a materiales y memorabilia para el estudio de su obra de gobierno. El presidente de la Biblioteca Presidencial John F. Kennedy, senador Robert F. Kennedy, invitó al ex-gobernador Muñoz Marín a realizar una entrevista de historia oral sobre su relación con el presidente Kennedy, la cual formaría parte integrante de los materiales accesibles en este centro de estudios, además de solicitarle copia de todo el material documental que sobre Kennedy había en sus archivos personales.4
A principios de la década de 1970, durante su autoexilio en Roma, Luis Muñoz Marín se plantea la interrogante de hacia dónde se dirigía el proyecto de su biblioteca personal. Los señores Heriberto Alonso y José Trías Monge discuten con Muñoz Marín el establecimiento de la Fundación Biblioteca Luis Muñoz Marín. Ellos entendían que este tipo de institución permitía “el adecuado mantenimiento, clasificación y ampliación de su biblioteca, de tanto valor para la historia de Puerto Rico, así como la pronta publicación de al menos parte de sus documentos públicos.”5
El caso de Muñoz era único. Las leyes para los ex-gobernadores se establecieron para ayudar a los mismos a desarrollar y aportar a la sociedad su energía y entusiasmo. Pero la ley no estaba clara en cuanto a quién pertenecía el caudal documental y, más aún, los materiales desarrollados por éstos mientras estuviesen disfrutando de los beneficios de dicha ley. En 1978 el señor Luis S. Montañez, Director de la Oficina de Presupuesto y Gerencia de Puerto Rico, le solicita una opinión al entonces Secretario de Justicia de Puerto Rico, licenciado Miguel Giménez Muñoz, sobre la pertenencia de los materiales escritos por los ex-gobernadores en la previsión de que el primero de ellos, Muñoz Marín, ya contaba con 80 años de edad. El Secretario de Justicia en una extensa carta le expone su opinión sobre estos materiales documentales, la cual concluye como sigue:
…es mi opinión que las memorias, documentos y otros estudios, incluyendo borradores y documentos finales que los ex-gobernadores preparen mientras disfrutan de los beneficios de la precitada legislación, pertenecen al Estado Libre Asociado y no son propiedad personal del ex-gobernador correspondiente.6
Ante tal opinión, Muñoz Marín le escribe a los señores Giménez Muñoz y Montañez, exponiéndoles lo siguiente:
Nunca me he preocupado por mis bienes o por mis propiedades personales. No voy a empezar a hacerlo ahora. Lo que me concierne en esta opinión son las inesperadas consecuencias que surgen de ella. La considero equivocada tanto en su interpretación de los propósitos legislativos como en el juego de deducciones en que se basa para llegar a su conclusión…
Antes de que ocurra el [fallecimiento] mío, quiero dejar constancia de lo siguiente: de prevalecer ante un tribunal competente el criterio del Secretario de Justicia arriba citado, es mi voluntad firme y decidida que se identifique el montante de la ayuda secretarial recibida y que se devuelva de cualquier patrimonio que pudiese existir a nombre mío. Si he contraído sin saberlo tan inesperada deuda con Puerto Rico, que se me cobre en dinero y no en libertad de pensamiento.”7
Al morir Muñoz se tenía la preocupación de que su oficina de ex-gobernador cerraría sus operaciones y, por consiguiente, se paralizarían los trabajos de preservación e inventario de los materiales históricos que Muñoz conservaba.
Pensando en este problema, un grupo de amigos y familiares de Muñoz trabajaron en el establecimiento de una fundación que se encargaría de los gastos y servicios de la antigua oficina del ex-gobernador Luis Muñoz Marín.8 La Fundación Luis Muñoz Marín se constituyó el día 25 de junio de 1980. Fueron sus incorporadores su viuda, doña Inés María Mendoza Rivera de Muñoz Marín, y dos de sus cuatro hijos: Luis Muñoz Lee y Victoria Muñoz Mendoza.9 Entre los objetivos que se marcó la Fundación desde sus inicios, figuran los siguientes:
La primera sede oficial del Archivo fue la estructura que se conoce como “La Casita de Melo”. En este lugar se realizaron los primeros trabajos de limpieza, catalogación e inventario de los materiales de los fondos documentales, así como el establecimiento de los parámetros para la conservación y preservación de los mismos. Durante la permanencia del Archivo en esta sede temporal, cuya duración fue de ocho años, se reclutó el primer cuerpo de archiveros que servirían en esta labor. La doctora Aída Caro Costas fue la primera directora del Archivo, quien le impartió su vasto conocimiento en cuanto al manejo de documentos se refiere. Junto al profesor Luis Manuel Rodríguez Morales, ex-director ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriqueña, y su esposa Viola Vidal; la señorita María Luisa Aldea Ramírez, ex-secretaria de Muñoz en La Fortaleza; y la estudiante doctoral, Giannina Delgado Caro, se dieron a la tarea de estructurar y darle cohesión a los procedimientos archivísticos. Luego se unen a este equipo de trabajo los archiveros Julio E. Quirós Alcalá, Rafael Lebrón, Edwin Mattei, Nina Berrocal, Mayra Sanabria, Gabriel Villaronga, Edwin Gaud Cortés, Miledys del Carmen Sánchez, así como una gran cantidad de estudiantes universitarios que a través de los años han colaborado como archiveros auxiliares. Debemos de hacer una mención especial a la señora María Isabel Corujo Figueroa, quien se desempeñó como secretaria del Archivo desde 1986 al 2005, por su excelente labor en el desarrollo de los inventarios de las colecciones del archivo.
En agosto de 1984 la Fundación invitó al doctor James B. Rhoads, ex-director de los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, para que evaluara los materiales documentales que conforman el Archivo y el proceso de preservación, conservación e inventario utilizado por el personal con los documentos. En su informe escrito el señor Rhoads comparó la Fundación con una biblioteca presidencial.
An apt analogy has been made between the Fundación Luis Muñoz Marín and the presidential library. It remains to the noted that no American president has wielded so pervasive or powerful an influence over the republic, or for so extended a period, as did Muñoz over Puerto Rico.11
El doctor Rhoads, en su evaluación, comentó que quedó impresionado favorablemente con la riqueza del Archivo.
The Luis Muñoz Marín Archives constitute the greatest source for studying how a developing part of the world moved through the government and the private sector’s cooperation in order to realize an exceptional progress against poverty, illiteracy, unemployment and a whole group of social and economical problems. The Archives are a national treasure.12
Luego de cinco años de exitosa campaña para la recaudación de fondos, el 15 de febrero de 1985 se colocó la primera piedra para la construcción del edificio del Archivo Luis Muñoz Marín y fue inaugurado el 20 de noviembre de 1987. Este único y moderno edificio de Archivo cuenta con las facilidades necesarias para la conservación de documentos y salones de consulta, tanto para el material documental como audiovisual. El diseño del edificio estuvo a cargo de la firma de arquitectos Sierra, Cardona y Ferrer, con el asesoramiento de los ingenieros José Espinal Vázquez, Héctor Babilonia, Alejandro Villanueva y José Batlle, quienes donaron sus servicios profesionales a la Fundación.
En el mensaje de apertura formal del edificio de Archivo, el entonces Gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, honorable Rafael Hernández Colón, al hacer referencia de las nuevas facilidades, dijo lo siguiente:
Estas estructuras que hoy se levantan en el pedazo de tierra que fue la única riqueza terrenal que disfrutó [Muñoz], han sido construidas con el más fervoroso respeto a su memoria, con el más acendrado afecto a su sentimiento particular por la enseñanza y el conocimiento, y con la casi imperceptible ternura que daba el saber que Muñoz estaba presente en cada árbol que se tocaba, en cada terrón que se movía, en cada guijarro sobre la superficie y en cada raíz bajo la superficie, en los trinos de los pájaros en las ramas y en el sudor de los hombres que las construían.13
Sobre lo que el investigador puede encontrar en este Archivo, expuso:
Hallarán al Muñoz hijo, al Muñoz padre, al Muñoz abuelo, y hasta al Muñoz bisabuelo. Y cada Muñoz será el Muñoz buscado, el Muñoz anhelado, el Muñoz revivido. Y cada Muñoz será como una aurora luminosa que surge de la faz del documento desde donde nace, o desde el rincón del corazón de quien lo encuentra. Pero todos son uno: un hombre que quiso tanto a esta tierra y a este pueblo que quiso cargarlo sobre sus hombros para ofrecerlo al mundo como un regalo de Dios.14
En el 1989 el Instituto Americano de Arquitectos (AIA), Capítulo de Puerto Rico, otorgó a la Fundación Luis Muñoz Marín una mención de honor por la construcción del edificio de Archivo. Los comentarios del jurado sobre la obra fueron los siguientes:
Es una excelente intervención en un ambiente ecológico rodeado de urbanizaciones recientes de gran escala. Propone una integración del edificio con paisaje.15
Este Archivo nos dice muchas cosas acerca de Muñoz. Más que sólo una colección de documentos debajo de un cristal, es un gran monumento a su persona, un eslabón entre el pasado y el futuro de nuestra historia puertorriqueña.
1. Carta de Eduardo Zayas, Ayudante de Luis Muñoz Marín, al Secretario de Hacienda. 11 de septiembre de 1974. Archivo Luis Muñoz Marín (en lo subsiguiente ALMM), Sección VII. Luis Muñoz Marín: Hombre de Estado, Serie 4. Archivo Administrativo, Caja 2.
2. Memorando de Eduardo Zayas a Luis Muñoz Marín. 3 de diciembre de 1973. ALMM, Sección VII. Luis Muñoz Marín: Hombre de Estado, Serie 4. Archivo Administrativo, Caja 2.
3. Ley #2 del 26 de marzo de 1965 intitulada Ley para conceder una anualidad vitalicia, y otras facilidades de personal, oficina y transportación, a toda persona que haya ocupado el cargo de Gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico por elección durante cierto término y para conceder una anualidad vitalicia a la viuda de todo ex-Gobernador. ALMM, Sección VII. Luis Muñoz Marín: Hombre de Estado, Serie 4. Archivo Administrativo, Caja 2.
4. Carta de Luis Muñoz Marín a Robert F. Kennedy. 24 de mayo de 1965. ALMM, Sección VII. Luis Muñoz Marín: Hombre de Estado, Serie 2. Entidades Diversas, Biblioteca John F. Kennedy.
5. Carta de José Trías Monge a Luis Muñoz Marín. 5 de noviembre de 1971. ALMM, Sección VII. Luis Muñoz Marín: Hombre de Estado, Serie 4. Archivo Administrativo, Caja 2.
6. Carta del Lic. Miguel Giménez Muñoz a Luis S. Montañez. 16 de octubre de 1978. ALMM, Sección VII. Luis Muñoz Marín: Hombre de Estado, Serie 4. Archivo Administrativo, Caja 2.
7. Carta de Luis Muñoz Marín a Luis S. Montañez y Lic. Miguel Giménez Muñoz. 9 de diciembre de 1978. ALMM, Sección VII. Luis Muñoz Marín: Hombre de Estado, Serie 4. Archivo Administrativo, Caja 2.
8. Carta de Inés M. Mendoza a Luis S. Montañez. 25 de junio de 1980. ALMM, Sección VII. Luis Muñoz Marín: Hombre de Estado, Serie 4. Archivo Administrativo, Caja 2.
9. Certificación de Incorporación de la Fundación Luis Muñoz Marín. Pág. 6.
10. Ibid., págs. 1-2.
11. Consultant Report to the Fundación Luis Muñoz Marín by James B. Rhoads. November 1984, págs. 3-4.
12. Ibid.
13. Mensaje del gobernador Rafael Hernández Colón en ocasión de la apertura del Archivo-Museo-Jardines Luis Muñoz Marín. 20 de noviembre de 1987.
14. Ibid.
15. Ibid.
El Arboretum Metropolitano Parque Doña Inés (conocido en su estapa formativa como Parque del Este) es un proyecto que consiste en el rescate de los terrenos aledaños a la Fundación Luis Muñoz Marín para convertirlos en un “arboretum” o colección de árboles nativos y endémicos de Puerto Rico y del Caribe.
Además de servir como un microcosmos de la biodiversidad de nuestra flora, fomenta la investigación, la protección y reproducción de aquellas especies nuestras que están en peligro de extinción y de no ser tratadas con premura desaparecerán de la faz de la tierra en muy poco tiempo.
El progreso social de Puerto Rico ha ido acompañado en los últimos años de la desaparición de los espacios verdes urbanos, y los pocos espacios grandes que quedan en San Juan están seriamente amenazados. Es por ello, que el Parque Doña Inés permite un espacio de conservación para nuestra flora amenazada o en peligro de extinción.
Este proyecto está inspirado en las ideas y apreciaciones que tenían Luis Muñoz Marín e Inés María Mendoza sobre la vital relación del hombre con la naturaleza, a la vez que brinda un ambiente de recogimiento, perfecto para la reflexión y el conocimiento de la flora autóctona así como la de países vecinos del Caribe insular.
El concepto del Parque Doña Inés comenzó a mediados de 1990 cuando una compañía desarrolladora compró los terrenos colindante al sur con la FLMM para convertirlos en un proyecto de viviendas privadas. El interés de la FLMM era evitar el uso de terrenos cercanos para construcciones nuevas limitando los espacios verdes en la zona. Se pensó como alternativa de conservación los terrenos que estaban al norte de la FLMM. Dichos terrenos también se estaba contemplando su uso como parte de la Ruta 66 que transcurriría por ese lugar.
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La Fundación Luis Muñoz Marín fue seleccionada por la Fundación Mellon de Nueva York para recibir una subvención para llevar a cabo el proyecto Puerto Rico Architectural Heritage Archive que hace posible una alianza colaborativa de seis importantes entidades que custodian colecciones de fotografías, documentos y dibujos arquitectónicos históricos puertorriqueños para unirse en un gran archivo digital y ayudar de esta manera en la conservación, preservación y difusión de una gran cantidad de imágenes relacionada al patrimonio histórico edificado en Puerto Rico.
Las entidades que integran esta alianza son: la Fundación Luis Muñoz Marín, el Archivo Histórico del Servicio de Parques Nacionales, la Oficina Estatal de Preservación Histórica, el Archivo de Arquitectura y Construcción de la Universidad de Puerto Rico, Para la Naturaleza y la Puerto Rico Historical Buldings and Drawings Society (PRHBDS).
El objetivo de este proyecto será crear una página virtual para compartir la información de manera bilingüe al público para promover la visibilidad de nuestros recursos colectivos históricos para la investigación.
En el 2021, se unió al proyecto el Archivo General de Puerto Rico adscrito al Instituto de Cultura Puertorrriqueña.